Caravaggio. Cesto con frutas. Ca.1596. Pinacoteca Ambrosiana. Milán.
El recetario que estoy mostrando regularmente en este blog se hace con la voluntad de ofrecer una comida sana y sabrosa pero sin demasiados añadidos o salsas que incrementen las calorías del plato. No obstante he empezado a ser más estricta todavía a la hora de calibrar los ingredientes que pudieran aportar calorías innecesarias. Uno de los ingredientes peligrosos en los guisos es el exceso de aceite de oliva, sanísimo y maravilloso pero también hipercalórico. A veces se nos puede ir la mano en ese chorreón por tanto conviene medirlo y poner dos o tres cucharadas como máximo. El truco es ponerlo muy caliente para los sofritos de cebolla, tomate, etc., sin bajar el fuego para que el agua que suelten se evapore rápido y permita al aceite dar su sabor. Si a continuación se pone un poco de vino blanco se aromatiza el sofrito y ya se puede bajar el fuego para acabar de pochar el sofrito. Las especias y hierbas aromáticas harán luego su papel para aromatizar el guiso y darle personalidad.
Otra cosa a tener en cuenta es acostumbrarse a tomar las carnes desprovistas de su grasa y en pocas cantidades. Aunque se dice que la carne de pollo tiene pocas calorías, no será así si le dejamos la gruesa piel que traen actualmente los que se compran en los mercados.
Tomar los lácteos siempre desnatados, leche o yogur, y emplearlos así para postres o guisos. Es decir, no sobrecargar las recetas con ingredientes que no van a afectar al resultado final. Si tenemos que hacer una bechamel, que de por sí tiene calorías a causa de la harina, la podemos aliviar mucho si utilizamos leche desnatada para hacerla y si ponemos poca harina y nos acostumbramos a comerla clara y en pequeñas cantidades.
Los quesos mejor acostumbrarse a no utilizarlos en la cocina. Aportan grasas animales y calorías innecesarias. La pasta se puede comer perfectamente sin ellos, o con una cantidad mínima, en virutas de parmesano por ejemplo, siempre que la salsa preparada sea bien sabrosa, con ingredientes naturales como el tomate, cebolla y ajo o las hierbas aromáticas como la albahaca, la menta, el cilantro…
Para las ensaladas reducir la cantidad de aceite en los aderezos es tambien importante para que un plato que de por sí no tiene calorías no pase a ser hipercalorico por un abuso, a veces involuntario del aceite. Se puede prescindir incluso de él y aderezar con limón, yogur desnatado, hierbabuena picada, semillas, etc.
Los azúcares eliminarlos en la medida de lo posible o poner una mínima cantidad de azúcar de caña en infusiones y cafés. Los postres de frutas con yogur desnatado están exquisitos, solo requieren un poco de imaginación. Actualmente la «Stevia» o edulcorante natural, sacado de la planta del mismo nombre, puede sustituir al azúcar, sin efectos secundarios y además con propiedades positivas para la salud.
Por último no abusar de la cerveza y refrescos que son ricos en azúcares y prescindir de alcohol duro. Beber abundante agua fresca con gas y limón puede sustituir el efecto de la cerveza.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, prescindiendo de fritos y comiendo de todo pero en cantidades moderadas podemos llegar a tener el peso adecuado y sentirnos bien física y mentalmente y por tanto felices.
Como decía el célebre médico griego Hipócrates (460 a.C. – 370 a.C.) : «Que tu alimentación sea tu mejor medicina»