Sobre plantas exóticas

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En el año 2000 me ví envuelta indirectamente en una investigación sobre las plantas y su utilización práctica, a través de la música caribeña. El responsable fue el artista sevillano Federico Guzmán a quién el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), del cual yo era conservadora-jefe, le había encargado un proyecto site specific que el artista llamó Matitas Divinas. (1). Conociendo la actitud un tanto beuysiana de este artista que ama implicar a toda persona que pueda aportar algo a la construcción de una obra, disolviendo en muchos casos incluso su autoría, y teniendo en cuenta su relación casi mística con la naturaleza a raiz de su larga estancia en Colombia, yo fui una de esas personas que aportó una pequeña contribución a la construcción de Matitas Divinas.

Mi tarea consistió en extraer el nombre de todas las plantas que se citan en la música popular caribeña, música que yo oía repetida y fervientemente en aquel entonces y de la cual poseía una buena cantidad de discos. Hablando con Federico sobre su proyecto se sorprendió de que yo hubiera oído hablar de plantas y frutas exóticas como la verdolaga, el apazote, la burundanga, la guanábana o la anona. -Las conozco de la música cubana, le dije yo, pero en realidad no sé muy bien para qué sirven ni por supuesto las he probado-… A partir de aquí adquirí con él el compromiso de hacer para Matitas Divinas una relación de estas plantas para lo cual tuve que oir una y otra vez mis discos (en total más de mil temas) pues las más de las veces no entendía a la primera las misteriosas palabras de plantas, frutas y yerbas varias que se citaban al ritmo del son, la cumbia o la guaracha.

Fue tanta mi implicación y la fuerza que me infundió este artista que debido a mi tendencia clasificatoria y de orden de las cosas, además de mi aficción por las plantas y la naturaleza en general, fui más allá de lo que se me había pedido y dediqué mis vacaciones de un verano en El Rompido a clasificar por categorías la relación de plantas y su utilización práctica en la cocina, en la medicina o incluso en brujería. Todo ello a mano, sin ordenador y buscando en la bibliografía que yo tenía, que aunque selecta, no iba más allá de una docena de libros. No había un google que llevarse a la vista o al oído pero aprendí muchísimo. Todo ello lo anoté en la libreta que aparece en las imágenes, que incluso ilustré con mis propios dibujos o copias de ilustraciones históricas. Y llegué a sacar 50 recetas de cocina caribeña y una docena más de licores y bebedizos, recetas que iré incluyendo poco a poco en este blog con  una etiqueta indicando el pais específico. El resultado práctico para Matitas Divinas fue una pequeña selección de temas musicales en los que se hablaba de estas plantas exóticas y que pusimos ininterrumpídamente en las salas durante el período de la exposición en el CAAC.

Ahora, más de una década después, cuando veo este trabajo manuscrito de 175 páginas me resulta entrañable y me evoca todavía el placer que sentí haciéndolo y cómo la capacidad mediadora del artista  Federico Guzmán supo sacar lo mejor y más creativo de todos los que colaboramos en el proyecto. Gracias Federico!

(1) Federico Guzmán: Matitas Divinas. Comisaria Esther Regueira. Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Sevilla, 2001

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